En la conferencia general de su trigésima octava reunión, celebrada en julio de 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señaló que el patrimonio documental es importante porque:
- Es un medio para entender la historia social, política y colectiva, así como personal.
- Puede contribuir a constituir la base de la buena gobernanza y el desarrollo sostenible.
- Refleja la memoria e identidad del Estado, por lo cual contribuye a determinar su lugar en la comunidad mundial.
De esta manera, el patrimonio documental puede servir para responder los cuestionamientos sobre las situaciones del presente, además de legitimar la formación social actual, y ayudar a la comprensión de diversos valores simbólicos que adquieren carácter de intangibles de la cultura.
En el siguiente gráfico vemos cómo operan la identidad y la memoria en la sociedad mexicana actual. Así, tenemos que la identidad es el conjunto de representaciones del individuo, que se forman por procesos coercitivos y que se marcan por las referencias dadas a los acontecimientos en la trayectoria de este sujeto, de manera que determinan sus percepciones posteriores.
Gráfica 1. Situación del patrimonio documental en México |
Algunos rasgos de identidad se objetivan en documentos y son seleccionados para conformar la memoria colectiva, que da legitimidad a la formación social, y explica a los sujetos la historia de su realidad presente. Esa memoria colectiva se guarda en distintos tipos de repositorios, tales como los archivos, las bibliotecas o los museos.
Algunos componentes de esa memoria colectiva se utilizan en procesos educativos para formar la identidad de las nuevas generaciones de individuos, así como para resolver dudas que tienen que ver con la identidad, por ejemplo, en conflictos de la cohesión social.
Las ideologías se subtienden para darle sentido a la identidad, a los procesos de objetivación, selección y educación, así como a la propia memoria colectiva. Por otra parte, la memoria colectiva debe tener un uso social, pues de éste deviene su poder simbólico, y para ello deben existir reglas de uso.
En la actualidad, podemos notar que los repositorios documentales se encuentran en poder de instituciones públicas o privadas, así como en manos de particulares. Sin embargo, estos repositorios no parecen tener la capacidad para patrimonializar los componentes de sus acervos, aunque sean la memoria colectiva de la sociedad.
Lo que ocurre es que a partir de la identidad, diversos especialistas localizan documentos de su interés que ponen en valor, esto es, que los identifican y/o reconocen sus valores históricos, artísticos, religiosos, culturales, materiales o de otro tipo.
Al respecto, hay tres instrumentos en México para patrimonializar los documentos, pero de ellos sólo el registro en el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, Comité México, permite conocer cuáles de esos documentos han recibido esta distinción.
Sobre este particular, la legislación mexicana indica que el patrimonio documental en México debe distinguirse, tener significado y valor, además de codificar la cultura mexicana, o sea, que debe poder explicarla, justificarla y servir para su comprensión.
Desgraciadamente, más allá de la posibilidad de su reconocimiento, en México no se tienen condiciones para la completa identificación, valoración, conservación, organización, protección y difusión del patrimonio documental, lo cual es motivo de varias pérdidas del mismo por destrucción o enajenación, de manera legal o ilegal, que conduce a que estos bienes pasen a la posesión del sector privado en el mejor de los casos.
Tenemos así que el patrimonio documental es importante en México para los investigadores o especialistas, mexicanos y extranjeros, e incluso atrae a estudiantes que asisten a los repositorios documentales a hacer tareas que a menudo no comprenden.
Podría ser importante para los mexicanos si pudieran convivir con él, para lo cual sería necesario presentar de manera clara y sencilla el contexto de los documentos. Únicamente así, los mexicanos, todos ellos, conocerían cuan rico y diverso es su patrimonio documental, a la vez que podrían identificarse con él y vivirlo.
Podría ser importante para los mexicanos si pudieran convivir con él, para lo cual sería necesario presentar de manera clara y sencilla el contexto de los documentos. Únicamente así, los mexicanos, todos ellos, conocerían cuan rico y diverso es su patrimonio documental, a la vez que podrían identificarse con él y vivirlo.
Coincido con Ud la manera de atrapar a los jóvenes, y niños en esta tarea tan importante e identificar los rasgos ricos en historia de todas sus áreas, saludos prefe
ResponderEliminarVoy a ilustrar lo que comenta Claudia: En una ocasión, platicaba con un importante anticuario de nuestro país y me dijo que el mercado del libro usado, viejo o antiguo está en decadencia, pues ya no interesa a los jóvenes. Yo le hice ver que nadie se toma el trabajo de narrar el cuento de cada libro a esos jóvenes -esto es, su origen, circulación, historia material, etc.-, ni en la escuela, ni en sus casas, ni en las tiendas de anticuario, menos en los medios de comunicación. Entonces, ¿cómo esperaría que valoren lo que no conocen?
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