martes, 16 de abril de 2019

8. EL PATRIMONIO DOCUMENTAL ROBADO

En septiembre del año 2016, el Archivo General de la Nación presentó en una reunión internacional presidida por la UNESCO el Documento de referencia sobre el combate al Tráfico Ilícito del Patrimonio Documental, en el que se reconoce que "una de las principales amenazas a las que se enfrenta el patrimonio documental... es la transferencia de propiedad ilícita... La facilidad con la que un documento puede ser sustraído de su lugar de archivo, las fallas de identificación, catalogación o cuidado básico, así como las trabas administrativas para restituirlos a su lugar de origen, son algunos desafíos particulares en relación a este delito".
Se retoma la descripción de las características que debe tener un recurso de información para ser considerado patrimonio documental, conforme el planteamiento del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO:
  • Ser movibles.
  • Hechos con signos/códigos, sonidos y/o imágenes.
  • Conservables (los soportes son elementos inertes).
  • Reproducibles y trasladables.
  • Fruto de un proceso de documentación deliberado.
Debe tenerse en cuenta que la propuesta del Documento de referencia consta de varias acciones que adaptamos de la siguiente manera:
  1. Conformar una red de especialistas que analicen a profundidad los retos alrededor del tráfico ilícito, así como elaborar nuevas normas.
  2. Facilitar que los recursos de información robados tengan mayor accesibilidad a medios de investigación en organizaciones internacionales como INTERPOL.
  3. Desarrollar acciones para generar políticas públicas en materia de repositorios.
  4. Promover el desarrollo y adopción de las normas en materia de protección del patrimonio documental.
  5. Impulsar una declaración conjunta de apoyo y colaboración, en la que se incluya el compromiso de no adquirir recursos de información de otras naciones.
  6. Desarrollar insrumentos de control físico e intelectual, así como para la consulta.
  7. Regular la actividad de los negocios de venta de recursos de información antiguos o viejos, así como de las casas de subastas, en materia de comercio de recursos de información con valor de interés local, regional o nacional.
  8. Incorporar a los recursos de información mecanismos de identificación no agresivos.
  9. Desarrollar programas de elaboración de versiones fasimilares de los recursos de información históricos, que estén al alcance de cualquier persona.
  10. Fortalecer la elaboración de un Censo Guía de patrimonio documental robado.
El robo y tráfico ilegal puede ocurrir en muchas latitudes, pero en México tiene triste raigambre, pues abundan los relatos y anécdotas que muestran el poco aprecio que se tiene por los recursos de información, a pesar de que se reconozca su valor, o quizá debido a ello.
Al respecto, podemos recordar la excomunión reservada al Papa para quien hurtara libros de las bibliotecas conventuales, para lo cual se ponía una amenaza en la entrada de esos recintos. En referencia a los archivos, comenta Villa-Flores que en los archivos notariales o judiciales del siglo XVIII "muchos documentos se extraviaban o eran extraídos sin control por abogados, procuradores, relatores o personajes superiores en la jerarquía social". Agrega que los escribanos carecían frecuentemente del apoyo oficial para evitar la desaparición documental.
Consideremos tres ejemplos del arsenal de recuerdos:
Lucas Alamán (1792-1853) escribió que al poco tiempo de la consumación de la independencia de México supo que el Acta de independencia, que estaba en el Palacio Nacional, fue robada por un empleado, quien la vendió a un extranjero. Poco después, la encontró en Francia y no pudo recuperarla. Es de notar que este documento regresó a México en dos ocasiones, antes de que volviera a tenerla el gobierno de la Nación.
Martínez García relata la historia del obsequio que hizo en 1827 José María Luis Mora, consistente en tres volúmenes de manuscritos, parte de ellos en náhuatl, para la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Entre los manuscritos iba el Códice Chimalpahin, que fue recuperado por el gobierno mexicano en 2014.

Códice Chimalpahin
En 1988, la obra de teatro Nadie sabe nada, de Vicente Leñero, fue censurada. Luego de unas modificaciones que debió hacer el autor se permitió su presentación. Consta de dos actos que tienen como trasfondo el robo de unos documentos que estaban en el escritorio del Presidente de la República. Un político los sustrajo y buscaba que los publicara un amigo periodista, pero fue asesinado antes. Al final, el periodista consiguió los documentos y los entregó, regresando todo a la normalidad.
Es sumamente importante lo que propone el Documento de referencia del Archivo General de la Nación, y por ello se debe establecer como mandato de todo tipo de repositorio en el país que tenga inventarios y controles físicos, como primera medida de seguridad. Además, también sería de gran beneficio que se estableciera un fondo nacional de participación mixta para apoyar proyectos de conservación y organización de esos repositorios.
Es mucho lo que se debe hacer, pero si no se inicia ahora el riesgo de perder nuestro patrimonio documental se hará más patente.

Bibliografía

Adame, Domingo. (2011). La dramaturgia mexicana contemporánea, 1950-1990, y sus temas fundamentales. Literatura mexicana, 4(2), pp. 523-540.
Alamán, Lucas. (1885). Historia de México. México: Imprenta de Victoriano Agüeros y Comp. T. 5, p. 261.
Archivo General de la Nación (México). (2017). Documento de referencia sobre el combate al Tráfico Ilícito del Patrimonio Documental. Localizado: 16 abr. 2019. En: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/289273/Documento_de_Referencia_Trafico_del_Patrimonio_Documental.pdf
Martínez García, Carlos. (1 oct. 2014). Mora, Thomson y el códice Chimalpahin. La Jornada. Localizado: 15 abr. 2019. En: http://jornada.com.mx/2014/10/01/opinion/023a2pol
Villa-Flores, Javier. (2009). Archivos y falsarios: producción y circulación de documentos apócrifos en el México borbónico. Jährbuch für Geschichte Lateinamerikas, 46, pp. 19-41.